La Unesco entregó el 19 de diciembre certificados que confirman que el pisco tiene su origen en Perú, reconociendo registros históricos entre 1587 y 1635 que vinculan la producción del aguardiente con el puerto de Pisco. Johnny Schuler, presidente de la Academia del Pisco, recibió los documentos en una ceremonia realizada en Lima. Este logro refuerza el papel del pisco como símbolo cultural y producto bandera del país.
Sin embargo, Chile manifestó su desacuerdo con esta certificación. El ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, aseguró que la Unesco no declara exclusividad sobre el origen del pisco, argumentando que más de 50 países, incluidos Estados Unidos y la Unión Europea, reconocen al pisco chileno como un producto diferenciado. Además, Chile anunció que inscribirá su paisaje cultural del pisco en el registro de patrimonio mundial y reiteró su respaldo comercial internacional.
La controversia se agudiza por restricciones peruanas sobre las exportaciones chilenas de pisco, lo que según Chile afecta las relaciones comerciales. Mientras Perú defiende su denominación de origen, Chile mantiene una política de apertura a productos peruanos similares. Esta disputa histórica sigue dividiendo a ambos países en torno a la identidad de esta tradicional bebida.