Un enfrentamiento entre hinchas peruanos a las afueras del hotel donde se alojaba la selección en Buenos Aires impidió la realización del tradicional banderazo previo al partido contra el campeón mundial. A pesar de la presencia de un niño en hombros, un grupo de aficionados protagonizó una pelea, aparentemente motivada por diferencias de equipos locales. Este incidente llevó a la policía argentina a cancelar el evento de apoyo a la selección peruana.
El entrenador Jorge Fossati intervino personalmente, confrontando a los agentes para pedir explicaciones sobre la decisión. Sin embargo, las autoridades no revelaron los motivos detrás de la cancelación, lo que generó molestia tanto en Fossati como en los seguidores. A pesar del incidente, algunos jugadores, como Paolo Guerrero, tomaron fotos y firmaron autógrafos para los hinchas presentes.
Finalmente, la violencia entre los aficionados peruanos causó que las autoridades argentinas no permitieran el banderazo, frustrando el deseo de los fanáticos de mostrar su apoyo a la selección antes del enfrentamiento por las Eliminatorias Sudamericanas.