El empresario Nilo Burga, dueño de Frigoinca, dejó manuscritos clave antes de su fallecimiento el 25 de diciembre. En una libreta encontrada en su camioneta, Burga detalló una supuesta conspiración contra su empresa. Acusó a su extrabajadora Noemí Alvarado de filtrar información confidencial al programa «Punto Final» y señaló a empresas competidoras como responsables de sabotear la reputación de su producto “Don Simón”. También denunció vínculos entre estas compañías y figuras del medio periodístico.
Burga expresó en sus notas que trató a Alvarado como una hija, pero que ella habría colaborado con competidores para perjudicar a Frigoinca. Según los escritos, Alvarado denunció que las conservas de “Don Simón” contenían carne de caballo, afectando la distribución del producto en el programa Qali Warma. Además, Burga señaló que ella gestionaba pagos ilícitos a funcionarios públicos, información que habría sido entregada al medio de comunicación Latina.
Por otro lado, Burga relacionó a Cayetana Aljovín, presidenta del directorio de Latina, y a Martín Riepl, experiodista del canal, con empresas rivales del rubro alimenticio. Consultados por La República, ambos negaron las acusaciones. Aljovín aseguró no haber intervenido en la investigación, mientras que Riepl afirmó que se desvinculó de Latina meses antes de la publicación del reportaje que destapó el caso.