Un dueño de pollería en la avenida Canadá, San Borja, denunció haber sido víctima de extorsión, recibiendo amenazas constantes en los últimos seis meses. A pesar de tener su negocio por más de cuatro años, la situación ha empeorado, y por motivos de seguridad, el propietario ha decidido mantener su identidad en el anonimato. Los extorsionadores enviaron un mensaje amenazador a los comerciantes de la zona, instándolos a comunicarse con una organización de seguridad y advirtiendo sobre posibles consecuencias si ignoraban el aviso.
El empresario compartió su preocupación, indicando que los mensajes recibidos por WhatsApp lo amenazaban de muerte a él y a sus empleados si no colaboraba. Tras acudir a la Dirincri de San Borja para presentar su denuncia, se sintió frustrado al recibir una respuesta poco útil de la policía, que le sugirió simplemente bloquear a los extorsionadores. A pesar de esto, los delincuentes cumplieron con sus amenazas y detonaron una bombarda frente a su establecimiento, generando un fuerte estruendo que iluminó la calle y causó alarma en las viviendas cercanas.
Cansado de la situación y preocupado por su seguridad, el dueño intentó contactar a la central 111 de la Policía Nacional del Perú para reportar el ataque. Sin embargo, sus múltiples intentos fueron en vano, ya que la central nunca respondió, y las llamadas se cortaron sin ser atendidas.