El exmandatario boliviano Evo Morales confirmó su postulación a la presidencia en las elecciones de agosto de 2025, desafiando la restricción del Tribunal Constitucional que le impide participar. Morales aseguró que competirá con el Frente para la Victoria (FPV), alejándose del Movimiento al Socialismo (MAS), partido que fundó y que ahora es liderado por el presidente Luis Arce. «Nos quieren proscribir, pero el pueblo decidirá en las urnas», declaró en conferencia de prensa.
La decisión de Morales ha intensificado la crisis política en Bolivia, donde el oficialismo rechaza su candidatura y advierte que la ley debe cumplirse. El gobierno de Arce ha reiterado que el fallo constitucional es vinculante y que el exmandatario no puede repostular. Sin embargo, Morales y sus seguidores denuncian una persecución política para evitar su regreso al poder. Su postulación con el FPV busca abrir una nueva vía para volver al gobierno tras su polémica salida en 2019.
Analistas señalan que este escenario podría fragmentar aún más al electorado de izquierda, beneficiando a posibles candidatos opositores. Mientras tanto, el Tribunal Supremo Electoral deberá pronunciarse sobre la legalidad de su inscripción, lo que podría desatar un nuevo enfrentamiento entre Morales y el gobierno. A pesar de los obstáculos legales, el exmandatario mantiene su postura desafiante y asegura que «la lucha recién comienza».