La final del Torneo Apertura de Costa Rica entre la Liga Deportiva Alajuelense y Herediano terminó de manera caótica. Tras un intenso partido que definió al campeón, se desató una batalla campal entre los jugadores y cuerpo técnico de ambos equipos. La situación se tornó tan violenta que las autoridades locales apagaron las luces del Estadio Alejandro Morera Soto para intentar calmar el desorden. La premiación, que se había planeado en el campo, tuvo que trasladarse a la sala de prensa por razones de seguridad.
El encuentro, que prometía emoción desde el inicio, vio a la Liga Deportiva Alajuelense luchar por remontar un 2-0 en la ida. Aunque Celso Borges y Campos anotaron para igualar el marcador global, un gol de Allan Cruz frustró sus esperanzas y le dio el título a Herediano. Tras el pitazo final, los ánimos se desbordaron, iniciando un violento altercado entre jugadores y entrenadores, que fue respaldado por algunos hinchas que invadieron el campo.
La situación empeoró con la intervención de la policía, quienes, en medio del caos, agredieron a los aficionados. La premiación se suspendió temporalmente, y la Unión de Clubes de Fútbol (Unafut) decidió trasladarla a un sector más seguro. Después de la premiación, los jugadores de Herediano intentaron celebrar la vuelta olímpica, pero nuevamente se produjo otro enfrentamiento con los jugadores de Alajuelense, hasta que la policía logró controlar la situación.