En septiembre pasado, el profesor Julio Pacheco Pimentel fue asesinado frente a su escuela en Ate Vitarte. Su muerte está relacionada con una banda criminal dedicada al tráfico de terrenos. Según la Policía Nacional del Perú (PNP), el docente fungió como fachada en el proceso de apropiación ilegal de propiedades, específicamente en una galería ubicada en Paruro. La situación se complicó cuando Pacheco exigió 5 millones de soles a los delincuentes para simular la propiedad de este inmueble.
Investigaciones recientes han revelado que tanto Pacheco como Daniel Fernando Castillo Díaz, también asesinado en un ataque en San Isidro, eran parte de una red criminal que falsificaba documentos de compra-venta y transfería propiedades a nombre de testaferros. El coronel Ricardo Espinoza de la PNP explicó que Pacheco fue víctima de un acto de sicariato tras exigir dinero por su involucramiento en una transferencia fraudulenta de propiedad, no por su labor como docente.
El crimen está vinculado con el intento de apropiación de la galería en Paruro, administrada por la Beneficencia de Lima. Los nuevos propietarios, representados por Castillo, habrían utilizado documentos falsos y técnicas fraudulentas para reclamar el inmueble, lo que desencadenó una serie de asesinatos ligados a la mafia de terrenos en la zona.