Andrés Hurtado, conocido como ‘Chibolín’, ha sido trasladado al penal de Lurigancho, uno de los más grandes de Lima, donde deberá cumplir 18 meses de prisión preventiva. Este tiempo se debe a las investigaciones que enfrenta por presuntos delitos de tráfico de influencias y lavado de activos. Las condiciones del pabellón donde se encuentra son difíciles, con un alarmante nivel de hacinamiento, ya que alberga aproximadamente 850 reclusos en sus tres pisos.
Unas fotografías exclusivas de ‘Panorama’ han revelado detalles del día a día en el Pabellón 5, donde ‘Chibolín’ reside. La entrada está siempre vigilada por agentes del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), y aunque las imágenes no muestran a los internos directamente, reflejan un ambiente de constante vigilancia y control. En una de las fotos, se puede ver el comedor comunal donde los reclusos comparten momentos con sus familiares durante las visitas. Sin embargo, hasta ahora, Hurtado no ha recibido visitas, un contraste marcado con su vida social activa antes de su arresto.
La celda de Hurtado está ubicada en el segundo piso del Pabellón 5 y la comparte con otros tres internos. Alejado de las luces y cámaras que alguna vez lo rodearon, ‘Chibolín’ ahora enfrenta las duras realidades de la vida en prisión, lejos del lujo y la comodidad que solía conocer.