El Pleno del Congreso rechazó la solicitud de la presidenta Dina Boluarte para viajar a la Asamblea General de la ONU en Nueva York. Según la congresista Norma Yarrow, hubo intentos de presión por parte de enviados del Ejecutivo para cambiar el voto de los parlamentarios. Yarrow denunció que desde la Presidencia del Consejo de Ministros y otros ministerios se realizaron «ofrecimientos» a diferentes bancadas para asegurar la autorización del viaje.
Yarrow calificó de «acoso terrible» las llamadas telefónicas y otros actos para influir en la decisión de los legisladores. Afirmó que los coordinadores parlamentarios trataron de modificar el resultado, pero los esfuerzos no lograron cambiar la votación. La reconsideración del voto, inicialmente planteada por Alex Paredes, fue retirada poco después, lo que cerró la posibilidad del viaje presidencial.
En respuesta, Dina Boluarte dirigió un mensaje a la nación expresando su descontento con el Congreso, acusándolo de poner intereses partidarios por encima de los del país. Pidió a Paredes retirar su solicitud de reconsideración, lo cual fue cumplido, dejando archivado el pedido de viaje. La presidenta no podrá asistir a la reunión de la ONU, siendo esta su primera negativa para viajar al extranjero desde que asumió el cargo.