El presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, expresó su rechazo a la decisión del Congreso de la República de impedir el viaje de la presidenta Dina Boluarte al funeral del papa Francisco en el Vaticano. La solicitud fue denegada por el Pleno con una ajustada votación: 45 votos en contra y 40 a favor, lo que generó diversas reacciones en el ámbito político y social.
“No era un viaje de placer, era un acto oficial en representación del Perú”, sostuvo Adrianzén, visiblemente molesto. El premier remarcó que muchos jefes de Estado del mundo sí asistirán a las exequias del Sumo Pontífice, y que la ausencia de Boluarte resta presencia al país en un evento de alto valor simbólico y diplomático. Además, calificó como fuera de lugar el argumento de que la inseguridad en el país justifica la negativa al viaje.
El titular del gabinete también recordó que, según la Constitución, es la presidenta quien lidera las relaciones internacionales del Estado. “El Perú es una nación profundamente católica, y su participación era un acto de respeto no solo a la Iglesia, sino a nuestra identidad como país”, afirmó, dejando en claro su desacuerdo con la decisión del Parlamento.