Tras más de tres semanas de juicio oral, el expresidente Pedro Castillo reapareció en la sala luego de ausentarse varios días por su huelga de hambre seca. Con un discurso cargado de patriotismo, asegura que solo leyó un mensaje el 7 de diciembre de 2022. Sin embargo, exministros, altos funcionarios y miembros de las Fuerzas Armadas afirman que todo estuvo planificado y que hubo presiones internas para concretar un golpe de Estado.
A pesar de las pruebas en su contra, ni Castillo ni sus excolaboradores Betssy Chávez y Aníbal Torres han reconocido su responsabilidad. Videos y testimonios revelan que desde Palacio de Gobierno coordinaron el mensaje presidencial que terminó en su destitución y arresto. La Fiscalía sigue avanzando con su acusación, mientras las declaraciones refuerzan la idea de que no se trató de un acto improvisado, sino de un plan estructurado.
Lejos de aceptar los cargos, Castillo ha intentado frenar el proceso con maniobras legales. Ha despedido a varios abogados, abandonado la sala en reiteradas ocasiones y rechazado la defensa otorgada por el Estado. Insiste en que es víctima de una persecución política y se niega a reconocer que enfrenta un juicio penal legítimo. Sin embargo, las nuevas revelaciones podrían esclarecer los vacíos en la investigación y demostrar que el intento de quiebre del orden constitucional fue real.