
La administración de Donald Trump confirmó el cierre progresivo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), afectando a más de 100 países, incluido Perú. La decisión, respaldada por Elon Musk, actual administrador del Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge), marca un cambio radical en la política exterior estadounidense bajo el lema “América (Estados Unidos) va primero”. Perú, uno de los mayores receptores de ayuda en la región, verá afectados sectores clave en educación, salud y medio ambiente.
Desde el año 2010 hasta 2024, Usaid ha destinado más de 985 millones de dólares a proyectos en Perú, fortaleciendo iniciativas de desarrollo social, protección ambiental y derechos humanos. Pavel Aguilar, experto en ciencia política y sociología, advirtió que el cierre de Usaid dejará inconclusos muchos programas, afectando a miles de beneficiarios en zonas vulnerables. Asimismo, otros países donantes podrían reducir su cooperación en áreas críticas como la lucha contra la pobreza y el cambio climático.
El impacto se sentirá con mayor intensidad en comunidades rurales y sectores educativos que dependían del financiamiento estadounidense. Además, la suspensión de proyectos ambientales podría agravar la crisis ecológica en la Amazonía peruana. Mientras la comunidad internacional reacciona a esta decisión, las autoridades peruanas buscan alternativas para mitigar los efectos de la retirada de Usaid, cuya influencia en el desarrollo del país ha sido crucial durante décadas.