La congresista fujimorista Rosangella Barbarán vivió un incómodo momento en un restaurante de La Molina, cuando una ciudadana la increpó públicamente por su labor en el Congreso. Mientras Barbarán estaba sentada en su mesa, la mujer la acusó de «tragarse la plata de los pobres» y de «hacer daño al país», cuestionando su preocupación por los niños y ancianos que sufren en las calles.
El reclamo continuó con fuertes críticas hacia el Congreso y las leyes que, según la ciudadana, «perjudican a los pobres». Incluso un menor presente en el lugar preguntó a la congresista si pensaba en ellos, a lo que la mujer que grababa el incidente añadió que el niño veía las noticias. Ante la confrontación, el dueño del restaurante intervino, pero la ciudadana siguió con su reclamo, acusando a Barbarán de avalar «todas las porquerías» del Congreso.
Este tipo de situaciones no son nuevas, ya que otros congresistas también han enfrentado críticas públicas en eventos y lugares públicos. Casos similares incluyen a Alejandro Cavero y Patricia Chirinos, quienes fueron increpados en eventos recientes, lo que refleja el creciente descontento de algunos ciudadanos hacia sus representantes.